Existen muchos manuscritos medievales que a día de hoy, y tras numerosos estudios,continúan siendo un verdadero enigma. Sus contenidos, sus ilustraciones y su historia son sinónimo de misterio.
Uno de ellos es el manuscrito Voynich fechado recientemente entre los años 1404 y 1438 según las pruebas del carbono 14.El más grande de todos ellos en el sentido literal es el Codex Gigas, también conocido como “código o Biblia del Diablo”, de finales del siglo XIII. Lo de “libro grande” es un título de lo más acertado, ya que el Codex está considerado como el manuscrito más grande conservado de la época. Sus dimensiones son impresionantes: 92x50,5x22cm. Contiene 624 páginas iluminadas con tintas roja, azul, amarilla, verde y pan de oro. Su peso, nada menos que 75 kilos, de esos que no se puede coger con una mano, salvo que sea la de Hércules.
De su interior faltan algunas páginas, que en algún momento de la historia fueron arrancadas, ignorando el contenido que pudieran tener. El enorme tamaño está en consonancia con el de las Biblias que se manufacturaban en Europa en los siglos XI y XII. Con su tamaño, los papas reformistas pretendían poner de manifiesto la importancia de los sagrados textos.
El Codex Gigas se podría considerar como el último gran manuscrito de estas características y lo que más ha llamado la atención es la ilustración de un Diablo con gesto burlón en una de sus páginas, que fue lo que le valió el famoso apodo de “Biblia del Diablo”, aunque nada tiene que ver con un libro satánico.
En la época medieval el manuscrito figuraba entre las maravillas del mundo y se le atribuía un enorme valor material. La autoría del pliego se le otorga al monje Herman el Recluso, del monasterio benedictino de Podlazice, en la actual República Checa, aunque este es un dato bastante confuso y en realidad no se sabe a ciencia cierta quién escribió e ilustró sus pergaminos. Sus más famosas ilustraciones son una de la Jerusalén celestial y, enfrente, la del famoso diablo. Todo esto, mezclado con textos cortos de antiguas historias, curas medicinales y encantamientos mágicos. Un peculiar puzzle que recogió en su día los textos más importantes en varias materias, junto con fechas y nombres, para convertir el manuscrito en un ejemplar único.
Aparte de la ilustración antes mencionada de Satanás en una de sus páginas, la verdadera leyenda que siempre ha acompañado al manuscrito cuenta que el supuesto monje Benedictino al que se le atribuye la obra, fue condenado a ser emparedado vivo por un grave crimen y, para que la pena le fuera perdonada, el monje propuso crear una obra monumental y única que todos alabarían y que llenaría de honores al monasterio y, por si eso fuera poco, la ciclópea obra sería escrita por él en tan sólo una noche.
Los monjes permitieron al atrevido escriba llevar a cabo su imposible tarea. A la mañana siguiente, presentó su gigantesco libro acabado y reluciente. Nadie podía creer que tan magna tarea hubiese podido ser realizada en tan corto periodo de tiempo y no se tardó en rumorear que el joven monje, para cumplir su promesa, había hecho un pacto con Satanás, y que fue éste y no el escriba el que escribió todos y cada uno de los caracteres del manuscrito. Mito y leyenda para duplicar su precio y su fama.
Texto extraído del libro: Misterios de la Edad Media de Jesús Callejo. Lo podéis comprar aquí.
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